miércoles, 26 de marzo de 2014

Crónica de un trabajo

     Cuando nos propuso realizar la “entrevista de nuestra vida”, pudiendo elegir aquello que realmente nos apasionaba y de lo que nos gustaría conocer más, inmediatamente pensé en dos mundos, ambos relacionados con la imaginación y creación y que, quieras que no, cada vez están más conectados. Estos ámbitos son el del cine y el de la creación literaria.

     Dos de los grandes hobbies, por no parecer pretenciosa denominándolos pasiones, de mi vida son leer libros (a montones si dispongo del tiempo), y ver películas. Graciosamente muchas veces me tengo que decantar por uno de los dos, lo cual supone una interesante crisis momentánea, prácticamente diaria. Al fin y al cabo, es difícil elegir entre dos temas que te gustan.


     El caso es que lo vi como una oportunidad para conocer más de ambos y de ahí que decidiera centrar mi entrevista en estos campos. Desgraciadamente solo me ha exigido una entrevista, por lo que, como en mi batalla diaria, en este caso también he tenido que decantarme por el cine o por la escritura. Bueno, en realidad, no tanto. Más bien se podría decir que las circunstancias han elegido por mí.

    Ciertamente lo más difícil de hacer una entrevista es básicamente conseguirla. Por ello decidí que más valía pecar de exceso que de defecto y me puse una tarde entera a enviar emails, mensajes privados… incluso tweets (ahí se ve mi interés en el caso y el estrés provocado por la cercana fecha de entrega).

  Fortuitamente conseguí, en un principio, la contestación de un conocido compositor de bandas sonoras de Hollywood, que además resulta ser el más joven. Constituía un auténtico sueño de entrevista, al menos para mí, ya que era un tema muy interesante, no muy conocido, por lo que era original y del que se podía sacar mucho jugo. Sin embargo, lo que en un principio fue una gran suerte se convirtió en gran tragedia al comprobar que el joven compositor no contestaba mis mensajes.

     Sin embargo, y gracias a Dios, debo ser una persona con suerte, porque conseguí que respondieran a mis solicitudes unas cuantas autoras españolas, de bastante prestigio y reconocimiento. Fue un gran alivio, ya no tenía que suicidarme por no tener entrevista. De tal manera que fue la creación literaria y no el cine la que finalmente se alzó como el gran tema de mi trabajo. Quizás, solo a lo mejor, esto es una señal del destino...

     Desde luego no tengo de qué quejarme. Conseguí la participación de una persona con gran experiencia en uno de los campos que me apasionan, por lo que pude aprender más del arte de escribir, del mundo editorial, de la inspiración y el talento… es decir, conseguí cumplir con mis objetivos que es, básicamente, en lo que debe basarse cualquier trabajo que merezca tal nombre.  

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