Cuando nos propuso realizar la “entrevista de
nuestra vida”, pudiendo elegir aquello que realmente nos apasionaba y de lo que
nos gustaría conocer más, inmediatamente pensé en dos mundos, ambos
relacionados con la imaginación y creación y que, quieras que no, cada vez
están más conectados. Estos ámbitos son el del cine y el de la creación
literaria.
Dos de los grandes hobbies, por no parecer
pretenciosa denominándolos pasiones, de mi vida son leer libros (a montones si
dispongo del tiempo), y ver películas. Graciosamente muchas veces me tengo que
decantar por uno de los dos, lo cual supone una interesante crisis momentánea,
prácticamente diaria. Al fin y al cabo, es difícil elegir entre dos temas que
te gustan.
El caso es que lo vi como una oportunidad para
conocer más de ambos y de ahí que decidiera centrar mi entrevista en estos
campos. Desgraciadamente solo me ha exigido una entrevista, por lo que, como en
mi batalla diaria, en este caso también he tenido que decantarme por el cine o
por la escritura. Bueno, en realidad, no tanto. Más bien se podría decir que las
circunstancias han elegido por mí.
Ciertamente lo más difícil de hacer una entrevista es
básicamente conseguirla. Por ello decidí que más valía pecar de exceso que de
defecto y me puse una tarde entera a enviar emails, mensajes privados… incluso
tweets (ahí se ve mi interés en el caso y el estrés provocado por la cercana
fecha de entrega).
Fortuitamente conseguí, en un principio, la
contestación de un conocido compositor de bandas sonoras de Hollywood, que
además resulta ser el más joven. Constituía un auténtico sueño de entrevista,
al menos para mí, ya que era un tema muy interesante, no muy conocido, por lo
que era original y del que se podía sacar mucho jugo. Sin embargo, lo que en un
principio fue una gran suerte se convirtió en gran tragedia al comprobar que el
joven compositor no contestaba mis mensajes.
Sin embargo, y gracias a Dios, debo ser una persona
con suerte, porque conseguí que respondieran a mis solicitudes unas cuantas
autoras españolas, de bastante prestigio y reconocimiento. Fue un gran alivio,
ya no tenía que suicidarme por no tener entrevista. De tal manera que fue la
creación literaria y no el cine la que finalmente se alzó como el gran tema de
mi trabajo. Quizás, solo a lo mejor, esto es una señal del destino...
Desde luego no tengo de qué quejarme. Conseguí la
participación de una persona con gran experiencia en uno de los campos que me
apasionan, por lo que pude aprender más del arte de escribir, del mundo
editorial, de la inspiración y el talento… es decir, conseguí cumplir con mis
objetivos que es, básicamente, en lo que debe basarse cualquier
trabajo que merezca tal nombre.
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