Érase una vez un cuento

Érase una vez un cuento, tan liviano y vaporoso como el viento. Aquí y allí se susurraba, contado y escuchado por uno y por cientos, quienes quedaban encantados con el lindo cuento.
Sin embargo, al terminar, todos lo olvidaban, como si de un profundo sueño se tratara. Solo el narrador se acordaba, en detalle y sin error, de la historia tan bella susurrada. Y es que dicha historia era la vida, tanto breve como hermosa, vivida con pasión y sin demora, narrada con ilusión y casi siempre a deshora. Sin embargo al terminar, todo de ella se olvida, desaparece como aquel sueño, que era tan liviano y vaporoso como el viento, el narrador que ahora susurra a tus oídos las palabras de mi cuento.