miércoles, 13 de febrero de 2013

Mi libro preferido


¿Sabéis cómo se titula mi libro preferido? El pacto de los Sterkarm de Susan Price. Realmente no se trata de una obra de una gran maestría y que sea conocida por mucha gente. En absoluto, todo lo contrario. Ni yo sé cómo llegó a ocupar parte de las estanterías de mi casa. Simplemente lo cogí en una típica tarde de aburrimiento en lo que no tenía nada mejor que hacer o leer.
Y desde entonces me lo habré leído como diez veces. Una y otra vez deleitándome con las partes que más me gustan, sin cansarme de ellas, sin que se me aparezcan como monótonas y aburridas. Supongo que a todos nos pasa con nuestras lecturas preferidas.
Pero ¿qué tiene este libro para que me guste tanto? Pues ni yo misma lo sé. En sí es un tanto fantasioso, pues relata cómo una empresa multinacional del siglo XXI ha encontrado la forma de viajar a un remoto lugar cercano a la frontera entre Escocia e Inglaterra, en el siglo XVI. El objetivo de dicha empresa es obtener todos esos recursos naturales, oro, petróleo, gas, que en la actualidad están cercanos a la extinción pero que en el siglo XVI, anterior a la Revolución Industrial, están completamente intactos.
Tarea que se ve complicada porque justo la zona donde aparece el portal, es habitada por una panda de forajidos, cuya principal ocupación es la de saquear y robar tanto a sus enemigos como a sus vecinos. Ellos son la familia de los Sterkarm.
A este panorama general que imbuye la novela, se añade una historia de amor entre una de las empleadas de la empresa y el hijo querido y mimado de la familia de ladrones y delincuentes. Ella, haciéndose pasar por un elfo, es enviada a esa tierra inhóspita para confraternizar con los Sterkarm, con la consecuencia de que, con el tiempo y por la convivencia con ellos, no solo se enamorará de uno sino que acabará considerándolos como su familia.
Claramente una obra de entretenimiento, que te hace reír e incluso en ocasiones llorar. Pero también tiene un trasfondo importante que mucho tiene que ver con el despilfarro de nuestro siglo y con la continua avidez de poder y riqueza. Representa muy bien la explotación, por parte de las grandes multinacionales, de territorios que no les pertenecen en lo más mínimo. En la realidad son los países subdesarrollados, en la novela el territorio de los Sterkarm, a quienes todos odian y nadie protege.
Se ve claramente cómo los personajes de nuestra época, con sus armas y tecnologías, se creen más importantes y mucho más inteligentes que los salvajes y atrasados Sterkarm, con derecho a robar y quitarles todo cuanto poseen. Imagen no muy diferente de la de ahora ¿no creen?
Por otra parte está el enganche de la historia de amor. Cómo la protagonista Andrea, al enamorarse de Per, el hijo Sterkarm mimado y malcriado, ve divididas sus lealtades. Una debida a la empresa para la que trabaja y que le ofrece su sustento, pero por la que no siente ningún aprecio, y la otra a los forajidos que la han acogido en su casa con los brazos abiertos, convirtiéndose en su propia familia, pero que siguen siendo asesinos y ladrones.
Espero que nadie considere esto como un spoiler, pero el hecho es, que el otro gran aspecto que hace del libro algo diferente de lo que últimamente se viene haciendo es el final. Termina como tiene que terminar o como te lo esperas, pero realmente no como te gustaría. No digo nada más para evitar las quejas y conseguir que os lo leáis. 

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