lunes, 18 de febrero de 2013

Los mismos esquemas de siempre


No sé si habréis leído la novela de Love Story, la cual ya tiene su propia adaptación al cine, o si habréis visto la película Un paseo para recordar. Extrañamente tienen un parecido excesivamente similar.
(ATENCIÓN SPOILER) La historia en base es la de dos jóvenes que se encuentran, comienzan a conocerse y,  tras resolver varios impedimentos, finalmente se enamoran. Un amor auténtico, fiel, sincero. ¿Qué pasa? Que no podía ser todo tan feliz y al tiempo se descubre que la chica padece una enfermedad terminal para la que ya no hay tratamientos.
Con un panorama un tanto más moderno y una perspectiva más de adolescentes, Un paseo para recordar es casi una copia exacta de Love Story. Incluso copian el desarrollo de una trama secundaria, que es la de las malas relaciones que el protagonista pasa con su padre, al que luego acude en búsqueda de consuelo.
Es cierto que la película, con respecto al libro, es mucho más ñoña y sensiblera (lo cual bajo mi punto de vista no es motivo de alarde) quizás por ese ambiente de instituto y por la influencia de las películas americanas que van del primer amor entre otras cosas. Es más, comienza el film y piensas que será otra nueva americanada más, en la que chico conoce chica se enamoran y al final acaban juntos, siendo felices y comiendo perdices.
Aprovecho esta crítica también para recalcar la falta de imaginación que hay últimamente. Porque no sé si os habréis dado cuenta, pero el caso es que a lo mejor existen unos veinticinco modelos de guiones diferentes y cada uno de ellos es repetido una y otra vez, y otra y otra…
Con esto tenemos miles de películas todos los años prácticamente iguales. Y la cosa no es que esté todo inventado, sino que hacen los productos para venderlos, y no es fácil arriesgarse con algo nuevo cuando no estamos seguros de si calará en la población. Es mejor, para las productoras, ir a lo seguro y hacer un producto estándar, nada que se considere fuera de lo común o alternativo.
Love Story ha tenido un gran éxito desde su lanzamiento en 1970. Aún hoy seguimos adquiriendo el libro y viendo la película, aunque sea por el conocimiento del boca a boca. Como consecuencia de ello no es de extrañar que haya otras producciones que siguen su estela y reproducen el esquema de una historia de amor que termina por la enfermedad y muerte de alguno de sus componentes.
Y esto no solo lo vemos en Un paseo para recordar, hay muchos otros ejemplos que la imitan como Amor y otras drogas o Noviembre dulce, y como estas unas cuantas películas más. Cada una de ellas con una evolución o unos detalles diferentes, pero que en esencia son lo mismo.
Es una situación que se da en todos los géneros y estilos que consume el gran público. Y es ahí donde reside el problema. Nos quejamos muchas veces de que echen la “misma basura de siempre”, pero es que esto es así porque es lo que al final acabamos demandando nosotros, el público, los espectadores. Si no es la audiencia la que demuestre tener nuevos gustos, las productoras de cine no se van a preocupar en desarrollar nuevos géneros o esquemas.

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