El nombre del
viento es una
novela de Patrick Rothfus y constituye la primera entrega de una saga conocida
como Crónica del asesino de Reyes.
En un principio yo diría que esta obra es
difícil de calificar. Claramente forma parte del género fantástico.
Todo transcurre en un momento y un lugar completamente desconocidos, inventados, más cercano a la edad media, y se da la sucesión de una serie de seres que poco o nada tienen que ver con lo que definiríamos como una historia verosímil. Sin embargo, hay algo a este respecto que me choca gratamente y es que la lectura de este libro lleva a realización de la siguiente cuestión ¿se trata de un mundo de hechiceros, magia y alquimia o es por el contrario un mundo basado en la ciencia en la que todo tiene una explicación racional?
Todo transcurre en un momento y un lugar completamente desconocidos, inventados, más cercano a la edad media, y se da la sucesión de una serie de seres que poco o nada tienen que ver con lo que definiríamos como una historia verosímil. Sin embargo, hay algo a este respecto que me choca gratamente y es que la lectura de este libro lleva a realización de la siguiente cuestión ¿se trata de un mundo de hechiceros, magia y alquimia o es por el contrario un mundo basado en la ciencia en la que todo tiene una explicación racional?
Es ciertamente extraño que a través de una
forma de expresarse y el desarrollo de la acción en un entorno tan civilizado y
docto como puede ser el de una Universidad, actos como el control de los
elementos, la lucha mental o la movilización de los objetos parezcan cosas
propias de la realidad y cercanos a la vida cotidiana. Como si realmente estas
acciones pudiesen hacerse y además acompañadas de la consiguiente teoría que las
avalase.
En el propio libro se hace la distinción
entre los que ven magia y demonios y los que lo denominan simpatía (nombre que
se le proporciona en la novela) y transformación de la energía. Para lo que a
algunos se les muestra como misterios que no deben ser sacados a la luz, los
pueblerinos o habitantes corrientes, para otros, profesores y estudiantes de la
Universidad, no es más que otro conocimiento que no debe ser olvidado ni
abandonado.
Por otra parte la trama es igualmente
interesante, mezclando situaciones propias de la vida cotidiana, e incluso
rencillas y problemas que todo adolescente puede tener en el curso de sus
estudios, junto con proezas dignas de grandes héroes y personajes tan
misteriosos como los Chandrian en este caso.
Además el autor realiza un juego basado en el
tiempo. En sí el libro constituiría un día, es más toda la saga son tres días y
cada una de las novelas representaría uno de ellos. Sin embargo dentro de ese
día nos relata buena parte de la infancia y la adolescencia del protagonista,
llamado Kvothe. Es el propio Kvothe en el que, durante ese tiempo, cuenta la
historia de su vida hasta ese preciso momento. De manera que se mezclan dos
argumentos, el del relato que él cuenta y lo que sucede durante esos tres días
que lo está contando.
Realmente se trata de un estilo de novela que
yo no había visto antes, con elementos dignos de admiración como el juego con
el tiempo o la disposición de lo que es real y lo que es fantasía (hasta tal
punto que al final no sabes si es una realidad disfrazada de fantasía o a la
inversa).
Sin embargo, a pesar de la disposición de
todos estos componentes que hacen que sea una buena obra, bastante diferente de
las que forman el género de la fantasía, lo cierto es que es simplemente
interesante. Es decir, que es fácil de leer, a pesar de sus muchas páginas,
pero que no es de ese tipo de historias que te mantienen en vilo y por las que
deseas fervientemente volver a casa para seguir con su lectura. Al menos en mi
caso. Se trata, básicamente, de una lectura amena que puedes considerar si tienes algún rato libre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario